Disgustado, el monarca preguntó a su hija: -¿Me desobedeces acaso porque es feo? --No-contestó ella -Lo hago porque es como tú y tampoco él me verá-.
El rey se quedó perplejo ante la respuesta de su hija y aunque pensó en ello, no la entendió. ¿Y tú?
No hay comentarios:
Publicar un comentario