Hace tiempo alguien me contó una vez que el amor es similar a una mariposa.
Pues si la intentas atrapar sin remedio se escapa; pero si observas cuidadosamente su vuelo probablemente se pose sobre ti...
Pues si la intentas atrapar sin remedio se escapa; pero si observas cuidadosamente su vuelo probablemente se pose sobre ti...
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Entonces me pregunto: ¿Por qué contigo no fue así? ¿Por qué la mariposa no sólo se posó si no que acabó eclosionando en mi interior y me hace sentir ese delicioso vértigo en el estómago cada vez que te veo o escucho tu voz?.
Cuando tú me tocas, me besas o simplemente me miras, mil mariposas se agitan aquí dentro, revolviéndolo todo y embargándome de dicha.
¿Y entonces?¿Cómo se explica?¿Será que la mariposa anidó en mí para siempre o que, tal vez, yo me haya convertido en esa mariposa?
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