miércoles, 2 de septiembre de 2009

Viajar con una experta jirafa

Estoy nerviosa y a la jirafa parece divertirle, detrás de mi aparente calma soy un manojo de nervios, ya se sabe que una princesa por muy nueva que sea en el cargo ha de mantener la compostura y ahí estoy yo intentando no ser presa del pánico ante mi próxima visita a Londres.

Mi jirafa es todo un viajero experto, ha estado en más lugares de los que yo podría recordar y ya se ha recorrido el mundo antes de alcanzar la mediana edad. Es por ello que este próximo viaje para él no será más que una mera visita a un lugar que tiene más visto que un tebeo pero para mí es todo un acontecimiento y una aventura por vivir.

Se ve que las princesas contagiamos a nuestros consortes pues aunque divertido ante mi inexperiencia en este campo también está expectante a mi reacción, que sin duda será el clímax de un torrente de emociones encontradas. Incluso podría añadir que aunque conozca nuestro destino al dedillo le hace ilusión este viaje que vamos a emprende juntos.

La jirafita lleva unos días preguntándome si estoy nerviosa, emocionada o asustada. Y la respuesta es una rotunda afirmación a todo. Estoy nerviosa por mi marcha a un lugar desconocido, porque todo vaya bien, por ser una buena visita y no incomodar a nuestros anfitriones que para más inri son familia directa, por no parecer zafia ante las miles de sorpresas que me aguardan, también estoy emocionada pues voy a cumplir un sueño, porque recorreré un lugar que conozco sólo por lo que los demás me han contado y por la extensa huella que ha dejado en la literatura y estoy francamente asustada ante ese mundo extraño y diferente que me aguarda tras unas horas de vuelo.

Sé que mi jirafa va estar pendiente de mi y que gracias a su conocimiento del terreno y del idioma hará de mi estancia unos días de ensueño. De hecho aunque no va a soltarme la mano ni un momento, ni a perderme de vista, se va a tomar la molestia de escribirme una serie de tarjetas con las direcciones y teléfonos de interés en caso de extraviarme. Y eso me resulta un gesto muy tierno a la par que práctico para esta princesita aterrada con la idea de perderse y tener que declarar ante un bobbie con un rudimentario inglés que es una princesa que no sabe cuidar de si misma.

Reconozco que juego con ventaja, no solo por ir acompañada de un guía experto y bilingüe o de tener alojamiento gratis, más bien se trata de descubrir un mundo nuevo acompañada por la persona que quieres. Y parece que este es un detalle que a la jirafita no se le escapa pues está haciendo un plannig acorde con las cosas que me gustan, todo un lujo y un amoroso detalle.
Tan bien me conoce mi jirafa que ha pagado la facturación de las maletas pues sabe que es muy posible que regrese con kilos de equipaje de más… Esta más que claro que conoce las perdiciones de esta princesita.

Sólo quedan cinco días escasos para que esta princesa novata y su jirafita sean vistos arrastrando las maletas por el aeropuerto de Luton e iniciando un viaje que recordaré toda mi vida.

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