viernes, 25 de febrero de 2011

Huellas sobre mí...

A mediados de julio después de una noche larga y solitaria, seguiste mi rastro, mi olor en el aire. Todavía es una incógnita como llegaste a colarte en mi portal, ni que te hizo saber donde vivía exactamente… Pero recuerdo que aquella mañana me levanté, apenas amanecido, con la extraña sensación de creer que me necesitabas. Y aun con el pelo revuelto, la cara de sueño y sin decir nada a nadie salí a buscarte…De bruces me topé contigo en el descansillo,tus ojos amarillos fijos en los míos como buscando refugio, tiritabas, desconozco si del frío nocturno o de miedo, te acaricié ungiendo mis dedos en el olor a mar que guarda tu pelo y te llevé a casa.

Así fue como entraste en mi vida, y en la de Lúa que te acogió desde el principio, adoptando el papel de aquella mamá que te faltaba. Ella te enseño la casa, yo te abrí mi corazón, ella te dio tierno afecto y yo puse en ti mi devoción.

Entonces empezaron una sucesión de días felices, cariños y juegos durante el día y feliz reposo en compañía al llegar la noche. Eras diferente a lo que Lúa nos acostumbra en casa, ella es ternura y tranquilidad, tú movimiento y curiosidad, y a pesar de todo os complementáis como la noche y el día... Sois, mis pequeños, grandes compañeros, alegrándome la vida con tan sólo un ronroneo.

Tú llegaste a notar antes que yo misma que Lúa enfermó, y llegaste a dejar de ser tan travieso al notar su dolor. Ahora que ya sabíamos que Lúa se nos marcha, eres tú quien se va, sin apenas decir nada. Y de la noche a la mañana empiezo a estar aterrada. Al saber que si tú no dejas, para mí no habrá consuelo y para Lúa sólo serás su catapulta hasta el cielo, quizá por eso he caído en la cuenta de que has dejado tanta huella en mi vida que cuando te vayas seguiré tu rastro, como tú hiciste conmigo aquella noche de julio, sólo que esta vez yo no encontraré el refugio en tus ojos amarillos sino que me topare de lleno con la añoranza de todo aquello que juntos hemos vivido.

3 comentarios:

  1. Y yo con la nena. Un biquiño, princesita... sabes que estaré contigo.

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  3. Ay que penita me da. Ánimo niña.

    Luis.

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