viernes, 26 de marzo de 2010

Una enseñanza valiosa

En un aula de una escuela, unos niños de primaria se encontraban en clase. Uno de ellos, inquieto, alzó la mano y preguntó: - Señorita, ¿Qué es el amor?-

La profesora sintió que la criatura merecía una respuesta que estuviese a la altura de tan magnifica pregunta. Ahondando en la audacia de la misma y cómo se aproximaba la hora del recreo la maestra pidió a sus alumnos que diesen una vuelta por el patio y que al regresar a clase trajesen con ellos aquello que ellos considerasen que les despertaba el sentimiento de amor.

Los niños salieron corriendo hacia el patio, con ganas de encontrar aquello que su profesora les había pedido.

Al sonar la campana los alumnos regresaron al aula donde se mostraban ansiosos por mostrar lo que habían traído. La maestra satisfecha por el entusiasmo que había salpicado a los pequeños inició la muestra: - A ver, niños, mostradme lo que habéis traído-

En riguroso orden los niños fueron saliendo a la pizarra para enseñar aquello que les había inspirado amor.

La primera alumna se aproximó al frente y mostró en su mano un blanco lirio: - Yo he traído esta flor, ¿a qué es bonita?- decía mientras jugueteaba con su tallo.

El segundo de los niños abrió su puño y enseñó una mariposa: - Yo cogí esta mariposa, mirad que alas tan coloridas- y finalizó- Es tan espectacular que la voy añadir a mi colección-

Al llegar el turno del tercer alumno este se sacó del bolsillo una esponjosa pelotilla gris:- Yo he traído a este pajarito – decía mientras el pajarillo comenzó a piar desesperado- lo vi en el nido y lo cogí; ¿no es gracioso?-

Y así uno a uno, los alumnos fueron saliendo, mientras la maestra los miraba, escuchaba, y anotaba en su cuaderno de calificaciones.

Finalmente tan sólo quedaba una niña tímida, que se sentaba al fondo de la clase y que tenía la cara gacha y roja de la vergüenza por no haber encontrado nada. Los demás niños la miraban descaradamente y cuchicheaban divertidos acerca de la mala nota que obtendría.

La profesora pidió silencio y se dirigió a ella: - Muy bien, dime ¿y tú? ¿no has encontrado nada?

La chiquilla levantó su rostro, avergonzada, y con un hilo de voz respondió: -Lo siento, señorita, pero he sido incapaz de traer algo del patio... Vi la flor y sentí su delicioso perfume pero quise dejarla en el jardín para que siguiese exhalando su maravilloso olor, luego vi la mariposa que aleteaba de forma tan alegre que fui incapaz de cazarla y aprisionarla, también vi el tierno pichoncito anidado en el árbol pero al treparlo vi la suplicante mirada de la madre y supe que no podría llevarme al pajarito. Sentí amor por todas esas cosas tan bonitas pero no tengo nada aquí para mostrar sólo mi recuerdo ¿Cómo puedo enseñar a la clase algo que no traje?-

La maestra le agradeció su exposición y decidió dar la nota máxima a aquella niña tímida para estupor de los demás alumnos que no entendían porque premiaban a quien no había traído nada.
La voz de la profesora profesora volvió a pedir silencio y se acercó a la pizarra donde escribió: Amar no es coger, arrancar, capturar, ganar o perder. El amor es florecer, es llevar en el alma, es recordar, es disfrutar sin dañar, es cuidar de lo amado y velar por su bien. Amar es ser libre y dejar libre.

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