miércoles, 30 de junio de 2010

El fruto de la flaqueza

Cuando me desperté, estaba tendida en el frío suelo del baño y en mi boca aun persistía el sabor a fracaso. Otra vez me he dañado y he permitido que vuelvan los errores del pasado.
Tú aun no lo sabes pero me he castigado porque hay algo que jamás podré dar por olvidado... Otra vez el vómito en mi garganta y las agujas en mis dedos, y mientras el dolor se implanta intento que sepulte mis miedos. La sangre que brota de mis yemas ya me llega hasta los codos y el olor a lo no ingerido llega hasta el más profundo recodo. Me castigo por no saber, me castigo por no merecer, me castigo porque me aterra todo lo que llegaría a perder. Mi mente esta nublada por todo el daño que me he hecho y desde el espejo me sonríe aquella que nunca muere, la que se engrandece con mis actos y me mortifica impunemente. Me han flaqueado las fuerzas y he caído al viejo abismo donde la verdad y la mentira se disfrazan de espejismo. He estado aquí tantas veces que ya no puedo llorar, sólo me queda esperar a ese nuevo día que tu amor me ha de dar.

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