martes, 9 de febrero de 2010

La princesa MonaNieves

Hay princesas que son muy monas y que por esa descarada monería al llegar carnaval eligen regocijarse en la redundancia vestirse de princesa. Esta mona es uno de esos casos extremos, que se pasa todos los días de su vida ejerciendo su real puesto de princesa y que al llegar carnaval se viste como esas princesas creadas en bajo imaginación del pueblo europeo tiempo atrás.

Este año vuestra princesa favorita encarnará a la tierna Blancanieves.. ¡Sí!, ya se que soy rubia cual querubín del cielo, pero aprovechando las circunstancias carnavalescas me engalanaré con una peluca de negra cabellera, que me otorgará la identidad de otra persona y ocultará mis dorados y principescos rizos.

¿Qué por qué Blancanieves? Porque es una de las pocas princesas que me quedaban por encarnar porque la palidez de mi piel ayuda a evocar al personaje de cuento, porque tengo un vestido lindísimo para lucir y porque a esta monísima princesa le place que así sea.

Por si acaso mi jirafa me ha aconsejado que estos días no me sienta tentada por ninguna manzana, especialmente por aquellas cuya rojez asombra y cuyo brillo atrae. En cualquier caso mi jirafita allí estará para rescatarme de un sueño eterno con su beso de amor.

Como monísima princesa precavida también he puesto coto a las ancianas de extraño aspecto y las mujeres maduras de ideas perversas.

Aunque dicen que los carnavales son para ser quien no es al menos una vez al año, esta princesa tan mona volverá a ser quien es sólo que manteniendo a salvo su identidad rodeada de mortales.

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