sábado, 6 de febrero de 2010

Ventiun bombones

Dicen que cada caja de bombones es un secreto por descubrir... Hoy he abierto nuestra particular cajita llena de corazones de chocolate y cada dulce corazón es un sentimiento o una verdad que hace incomparable este amor
El primer corazón está lleno de esa esa dulzura que se escapa de nuestros gestos y nuestros labios, esa que está presente en nuestro paladar, en nuestra forma de hablar y hasta en nuestro caminar.

El segundo está relleno de toda esa ternura que a muchos empalaga y enferma pero que al mundo le falta por mucho que algunos digan que sobra.

El tercer corazón guarda esa naturalidad con la que crece nuestro amor, con esa confianza que le deja ser mayor.


El cuarto de los bombones sabe a autentica confianza, de la que no conoce muros y sabe a dar a cada cosa su relevancia.

El quinto corazón desvela esta constancia que conquista día a día nuestros sentimientos y hace que pasemos y nos aguarden muy buenos momentos.


Al abrir el envoltorio del sexto corazón abre paso a esta bondad que el querernos sin mentiras ni maldad.


El séptimo corazón denota esa paciencia que reulle de la terquedad.

El octavo de los bombones con forma de corazón deleita con la sinceridad de los que nos amamos de verdad.

El noveno está relleno de una pulcra y emotiva alegría que hace que mis sentimientos hacia a ti se desvelen con bendita osadía.

El décimo corazón sabe a ese misterio desvelado que el amor sólo oculta a los necios.

El undécimo presume de saber regalar todo lo que una persona es cuando sabe amar.


El duodécimo bombón guarda en su interior un peculiar sabor que deja el paladar y el corazón repleto de pura emoción.

El corazón de chocolate número trece lleva dentro la notoriedad de dotar a los sueños forma en la realidad.

El décimocuarto sabe a verdadera comprensión, entender a quien se ama en mente, cuerpo y corazón.


Llegando al bombón número quince se despierta esa magia y ese encanto de todo cuanto a manos llenas me diste.

El décimosexto papel brillante descubre la forma corpórea de un corazón relleno de renovada y dichosa ilusión.


Cuando cato el decimoséptimo de los bombones descubro el conocido sabor del cariño, ese que te da el sobre nombre de amoriño.

El corazoncito número dieciocho descubre toda esta felicidad que damos y regalamos simplemente porque juntos estamos.

Al degustar el décimonoveno percibo esa sensibilidad tan nítida nuestra, que al leerse en nuestros ojos tan clara se demuestra.

Al llegar al vigésimo paladeo nuestro universo, ese mundo hermoso para ti ya para mi que escapa de lo perverso.

Sin darme cuenta llego al último corazón de mi cajita veo ese futuro que me espera yendo tu mano y que hace que me aleje de los triste y lo mundano.


Sólo faltan ventiun días... =)

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