lunes, 25 de mayo de 2009

De cómo una princesita dejó de estar triste (cuento basado en hechos reales)

Erase una vez una princesita rara,
de triste e infinita mirada.
Decían que era sosa y que le faltaba genio,
y la pobre, no tenía corona, ni tenía reino.
Era una princesa a la que le solía salir todo mal
y la gente la creía bajo un hechizo o extraña enfermedad.
La princesita triste de todos se escondía,
pues mucho le dolía aquello que siempre oía.
Era dar un paso, y sobre ella caían un palo tras otro.
Y así creció, desechada como un juguete roto.
Por las noches soñaba con lo que entonces no tenía,
y de día buscaba lo que más tarde encontraría…

Porque un día sucedió
aquello que tanto soñó.
Todos aquellos años de tristeza y de dolor,
fueron borrados cuando apareció el amor.
Aquella princesa tan rara y tan sosa
aprendió a volar como una mariposa.
Con sus ilusiones remendaba
todo lo que la dañaba
Dejó que la vida fluyera por sus venas
y decidió a olvidar las penas.
Mucho cambió la princesa el día que atendió la llamada a su puerta
y por ella entró el antídoto que todos los males acierta.
Nada queda ya de aquellos días tristes
desde que un buen día tú la miraste y la sonreíste.

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