lunes, 27 de julio de 2009

Un canto a la tierra esmeralda. Un canto a mi hogar.

El texto del Himno de Galicia es el poema "Os Penedos" de Eduardo González Pondal Abente (1835-1917), insigne poeta durante el "segundo renacimiento gallego". Apodado "El Bardo", Pondal tenía la intuición profunda del poder evocador de la palabra. Así consigue efectos de verdadera emoción con simples enumeraciones de nombres de pueblos,de valles, de montes, de pinares. En su poesía se recogen los temas más característicos de la mentalidad gallega: el campo, la nostalgia, la tierra, la lucha para la libertad.
Este poema (aparecido en su libro Queixumes dos pinos de 1886) tiene diez estrofas; oficialmente se cantan sólo las dos primeras. El nombre de Galicia no figura en ninguna parte del poema, como es habitual en Pondal, siendo sustituido por "Fogar de Breogán". Se le pide que despierte de su sueño, que no olvide las injurias y que escuche la voz de los pinos rumorosos, que no es otra cosa que el pueblo gallego.

Himno Gallego
(Os Penedos)
¿Qué din os rumorosos
na costa verdecente
ao raio transparente
do prácido luar?

¿Qué din as altas copas
de escuro arume arpado
co seu ben compasado
monótono fungar?

Do teu verdor cinguido
e de benignos astros
confín dos verdes castros
e valeroso chan,
non des a esquecemento
da inxuria o rudo encono;
desperta do teu sono
fogar de Breogán.

Os bos e xenerosos
a nosa voz entenden
e con arroubo atende
no noso ronco son,
mais sóo os iñorantese
féridos e duros,
imbéciles e escuros
non nos entenden, non.

Os tempos son chegados
dos bardos das edades
que as vosas vaguedades
cumprido fin terán;
pois, donde quer, xigante
a nosa voz pregoa
a redenzón da boa
nazón de Breogán.
Traducción
(Los pinos)
Qué dicen los rumorosos
en la costa verdeante,
al rayo transparente
de la plácida luna?

¿Qué dicen las altas copas
de la oscura pinocha erizada
con su bien compasado
y monótono cimbrear?
De tu verdor ceñido
y de los benignos astros,
confines de los verdes castros
y valeroso llano.
Nunca te olvides de la injuria
y del rudo encono;
despierta de tu sueño,
hogar de Breogán.

Los buenos y generosos
nuestra voz entienden,
y con arrobo atienden
nuestro ronco sonido,
pero sólo los ignorantes,
los heridos y duros,
imbéciles y oscuros
no nos entienden, no.

Llegado el momento
de aquellos bardos de antiguo,
que a vuestras ilusiones cumplido fin darán:
pues, donde quiere, gigante,
nuestra voz pregona
la redención de la buena
nación de Breogán
.

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