miércoles, 3 de junio de 2009

Una mona muy mona, sana y lozana

Soy mona, él me lo dice muchas veces, junto a las palabras guapa, linda y otras frases más cargadas de sentimientos son las que suelo escuchar más a menudo de su boca.

Pero una de las cosas que más me agrada y a la vez me sorprende, es que le gusto tal y como soy. Y esto es ni más delgada, ni más alta, ni sin una sola de mis inquietudes, si no tal y como soy con todos mis pros y mis contras.

Cuando me pongo triste porque “Ella” me hace sentir gordita, él que es muy avispado e intuitivo y está pendiente de mí en todo momento, se da cuenta y viene corriendo a recordarme lo maravillosa que soy y lo feliz que le hago.

Y cuando le pregunto si le gustaría que fuese más delgada o quizás más voluptuosa, él sonríe y me abraza y me dice que esta loquito por mí que así me conoció y aunque engordase un poquito seguiría siendo igual de fantástica…Sé que todo esto os suena a ñoñería folletinesca pero os juro que para mi regocijo y dicha esto es absolutamente verídico.

No quiere que haga dietas tontas, tan solo que coma bien y deje de sentirme culpable por cuestiones sin razón alguna. Y me mantenga así de linda, sana y lozana, osea tal y como me ve él ahora.

Y tiene razón, si para él soy la mona más mona del mundo ¿para qué me voy a andar con estupideces? Si él me quiere feliz y contenta, no amargada por algo que él no lo ve así. ..De verdad, que a veces una mona tiene menos sentido que un chimpancé experimental de laboratorio.

Así que más me vale dejarme de tonterías y dedicarme a tiempo completo a quererle y a seguir siendo una mona monísima, porque si él no se cansa de repetirme que lo soy a buen seguro que es verdad y está feo llevar la contraria a alguien cuyo jucio es imposible negar racionalmente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario